Es que el sufrimiento por llamas o falta de oxígeno, pueden incitar a un escorpión a la autodestrucción por medio de su poderoso aguijón venenoso.
Esa conducta suicida tiene en este caso una razón de peso.
Este animal no puede regular su propia temperatura y puede llegar a la
deshidratación o congelamiento con facilidad.
Ante esa fatal circunstancia, monta en escena una letal
acción, donde se clava su arma para fallecer.
La acción no supera ese montaje ya que no puede clavarse
el aguijón por su piel y además es autoinmune a su propio veneno.
Cualquier correlato
en similitud con el comportamiento humano no es casual.
Hay quienes parecen fuertes y cuando surgen cambios en el
entorno, no solo se debilitan; sino que
buscar un comportamiento audaz para mantener el protagonismo como el mejor
escorpión .
Una reflexión sobre la capacidad de adaptación y el nivel de
resiliencia para superar situaciones imprevistas, nos hace seguir aprendiendo de los animales y la naturaleza toda.
Propuestas para el debate productivo encontrarás en este blog, que surge desde la creación de mi libro "El tsunami es tu cambio"
Propuestas para el debate productivo encontrarás en este blog, que surge desde la creación de mi libro "El tsunami es tu cambio"