En el Reino de Chu vivía un hombre que vendía lanzas y escudos.
-Mis escudos son tan sólidos -se jactaba- que nada puede traspasarlos.
Mis lanzas son tan agudas que nada hay que no puedan penetrar.
-¿Qué pasa si una de tus lanzas choca con uno de tus escudos? -preguntó alguien. El vendedor no supo qué contestar.
Vivimos manteniendo conversaciones introspectivas y con el colectivo, donde todos "vendemos" argumentos, ideas, imágenes y otras cuestiones.
Vivimos manteniendo conversaciones introspectivas y con el colectivo, donde todos "vendemos" argumentos, ideas, imágenes y otras cuestiones.
Ser objetivos observadores y desarrollar nuestra capacidad de escucha, nos hará más sabios, pudiendo saber ofertar lo que previamente siempre estuvimos dispuestos a consumir.
¿Qué argumentos personales son defendidos con el escudo de tus argumentos y no los traspasan las lanzas de tus palabras?