¿Hasta cuándo resistimos?

En psicología, el término resiliencia se refiere a la capacidad que tienen las personas para sobreponerse a períodos de dolor o sufrimiento emocional.
Cuando un sujeto o grupo animal es capaz de hacerlo, se dice que tiene resiliencia adecuada, y puede sobreponerse a contratiempos o incluso resultar fortalecido por los mismos.







“La vitalidad se revela no solamente en la capacidad de persistir sino en la de volver a empezar” Francis Scott Fitzgerald

El concepto de resiliencia se corresponde con el término entereza.
La presión laboral, el cumplimiento de objetivos de alto nivel de exigencia, la competencia interna y externa y la presión familiar; nos pueden jugar una mala pasada en nuestros estados de ánimo y nuestra salud.

Saber afrontar estas circunstancias con la mayor madurez emocional y superando cada instancia con una efectiva capitalización de la experiencia adquirida, es la mejor enseñanza que podemos llevarnos.
Las grandes enseñanzas suelen aprenderse desde la incomodidad y no desde el confort.

Es un valor agregado muy importante para profesionales e indidividuos, que deben afrontar desde la presión y estres en cargo operativos y gerenciales de alta responsabilidad, hasta personas que deben templar su temperamento y caracter para afrontar los desafíos que cotidianamente les plantea su comunidad.


Vivimos haciendo equilibrio en una cuerda y nunca sabremos cuántos pasos podremos dar en la cuerda si no nos lanzamos con un primer paso y la vista al horizonte.
La pregunta de hoy es si todos somos todos resilientes.
Leí un artículo en Infobae, que nos cuenta que Edith Grotberg, una autoridad mundial en el tema, define la Resiliencia como “la capacidad humana para enfrentar, sobreponerse y ser fortalecido o transformado por experiencias de adversidad”.
Rutter tomó el término Resiliencia de la física: se refiere a la capacidad de un material de recobrar su forma original después de haber estado sometido a altas presiones.

Este término al pasar a las ciencias sociales describe la capacidad de un sujeto de aprender de una situación traumática, de adversidad o dolorosa, transformarse como persona descubriendo aspectos de sí mismo, antes desconocidos.
Este proceso, que puede producirse en cualquier edad cronológica, deviene en un aprendizaje y fortalecimiento personal.
Me gustaría resaltar esto: se puede cambiar, aprender, crecer, ser resiliente en cualquier etapa de la vida y en todas las edades cronológicas.
Escucho mucha gente diciendo :”vos sos joven…yo a mi edad ya no puedo cambiar…”
El cambio, la transformación no tienen que ver con la edad, sino con que nos podamos dar cuenta de lo que nos pasa, de que esto que nos pasa nos hace sufrir, que podamos reflexionar:¿Por qué nos pasa? y luego transformarnos internamente para cambiar la realidad que nos rodea.
Creer que se puede cambiar porque tengo la vida por delante y soy joven es una ilusión.
¿Podemos tener la vida por delante y no tener capacidad de analizar quien soy? ¿Ni que me pasa?.
Así puedo cumplir 30, 40, 50, 60, 70, 80 años y puedo ser cada día más viejo y más necio.
¿No conoces gente joven que es muy sabia?
¿Conoces gente mayor que paso por la vida sin registrar, analizar ni aprender nada?
No es el paso del tiempo por si solo lo que nos hace mas sabios sino poder comprender los errores, hacerse cargo de las equivocaciones, aprender de ellos  y cambiar al no repetirlos.
Una trabajadora social me contó una historia que me impacto muchísimo, la quiero compartir con vos.
Ella trabajaba en una residencia geriátrica, allí vivía una mujer de casi noventa años que tenia muy mal carácter, nadie la quería…se enfermo y fue a dar a terapia intensiva. Allí la única visita que recibió fue la de la trabajadora social… no hay familia…no hay amigos…la mujer se dio cuenta que estaba muy sola y que nadie la quería …nadie mas que la profesional vino a ver. Le dijo:- “Adriana, si salgo de esta voy a cambiar, no quiero que, cuando me vaya de este mundo, la gente me recuerde por mi mal genio”
¡Pudo cambiar! Hizo un giro tan grande que la quieren mucho, la valoran y la miman mucho.
Fijate cual fue la motivación para el cambio: no dejar un mal recuerdo de su paso por el mundo. Nadie nos quita la posibilidad de decidir ni en las peores circunstancias.
La resiliencia no es adaptación, no es someterse diciendo “es lo que hay”, ni tampoco es un atributo con el que nacemos, como los ojos claros o el cabello castaño.
Boris Cyrulnik, que es un especialista en el tema dice en uno de sus mas hermosos libros “La maravilla del dolor”...“La resiliencia es mas que resistir, es aprender a vivir”, es un proceso por el cual el dolor que atravesaste, la situación traumática, la herida que sufriste te enseña, te transforma, te hace crecer, entender y cambiar.
Hemos escuchado durante años que “se envejece como se ha vivido”. Nada más lejano a la línea que venimos planteando desde la resiliencia: “Nuestra historia no es un destino. Nada queda escrito para siempre” dice Cyrulnik.
Ser resiliente no es adaptarse, no es someterse, no es aceptar el destino ni el discurso social imperante, es activa transformación.
Resiliencia es metamorfosis frente a uno y los contextos que nos impactan. 
La persona herida pero resiliente lleva consigo la parte sufriente, pero puede ser feliz a pesar de todo.



¿Para qué te sirve ser más resiliente en tu vida?

¿Qué herramientas dispongo para templar mi temperarmento bajo situaciones críticas?



El tema resiliencia, dado que es de vital trascendencia para no desalentarnos frente al primer obstáculo, tiene su desarrollo en este libro, con relatos y casos que facilitan el aprendizaje del lector.Más definiciones y desarrollo sobre el potencial humano en