Somos animales de sangre caliente que nos
expresamos a partir de nuestra formación, emociones y contexto; y esto hace a nuestro temperamento, caracter y personalidad.
Así quedas marcado por prueba y error con tus
experiencias, pudiendo crear tu futuro si es que te lo propones. Eso es lo que intentas
definir: tu propósito.
El pulso motor que te proyecta a ejercer tus
logros personales y laborales, surge del combustible del ser ordinario –conocimiento-.
El ser superior que tienes y eres con sabiduría,
te permite actuar en tiempo y forma con un espectro de 360 grados.
Y si sientes que no tienes ese alcance, quizás lo
que siga despierte tus sentidos más profundos para divisar el árbol y el bosque.
El enriquecimiento de nuestro mundo, depende de
nuestras creencias, la visión y el desarrollo de identidades valiosas para la
generación de talento.
“Tao” significa camino y puede marcar tu tendencia
vital.
La búsqueda en equilibrio es la forma y así comenzaremos
a recorrerlo para que diseñes tu propia senda.
Conocimiento
y sabiduría no es lo mismo.
Con el primero, nos ganamos la vida si lo tenemos
y aplicamos a diario.
Con la segunda, tenemos un referente para saber
vivir, adaptándonos a desafíos y conflictos, que bien administrada no requiere
de mayor atención ni energía adicional. La experiencia es lo que decanta
nuestra visión y espíritu para la acción justa.
La palabra “inteligencia” significa, por su
etimología, saber escoger.
Existen distintos tipos de inteligencias al
respecto.
Lo antedicho sólo pretende desterrar aquella
imagen aferrada de niños, y donde el único alumno muy inteligente de la clase
era el que manejaba fluidamente matemáticas.
Hay inteligencia lógico matemática, verbal, pero
también visual espacial, musical, interpersonal,
intrapersonal, naturalista y corporal cinestésica, que amplían el abanico de
habilidades individuales deductivo emocionales, y que sin dudas posees.
La formación académica es importante pero no
excluyente para el éxito y formación de tu identidad.
La inteligencia, el liderazgo y la creatividad
pueden ser partes innatas de uno, o pueden ser desarrolladas con la práctica.
La clave reside entorno de tu capacidad de
observación, intervención y aprendizaje terrenal.
Entusiasmo, creatividad, compromiso en
tí y principios flexibles para el logro de objetivos con iniciativa, son los condimentos que
hacen tu comportamiento competente porque sabes utilizar las herramientas
correctas. Serán el vehículo para que transites tu camino con proyectos concretos y resolución precisa.
Te
permitirá crecer en función de tus posibilidades, a escala real y sin desánimo
porque sabes reconocer el valor adquirido mediante tus obras. Creer es crear. Crear es creer.
Y ese
“saber hacer” te califica
para emprender con liderazgo la vida que deseas y además facilitarles el camino
a otros.
Si no
asumes con responsabilidad la autoridad que tienes como líder de tu propio
proyecto de vida, siempre te cruzarás con otros efímeros personajes que directa,
o indirectamente, harán de tus ilusiones lo que ellos quieran.
Y
arribar a cualquier destino que alguien haya digitado previamente por tí, no
será un sitio de acogida cómodo en el que te sientas felíz y seguro.
Desembarcar
en ese caso a un destino lejano por ignorancia, no asegura que puedas volver
sin costo a tu propio punto de partida. Tu propia plataforma de despegue.
Una idea, te generará opiniones que te invitarán a modelar tu estilo y posición frente a
los hechos con personalidad.
En el
marco de tus creencias, las
opiniones serán el basamento de tus acciones
que se traducirán en un hábito que
te distinguirá del resto.
Y es
ese hábito, justamente, el que te dará un carácter o tendencia vital que
marcará mediante el cambio, tu destino.
En
síntesis, tu identidad será en esencia la resultante de estos factores.
Si
representáramos con una línea el desempeño de tu ciclo de vida según logros alcanzados
en el tiempo, nunca sería una línea recta creciente, más bien sería una
sumatoria de etapas con altibajos, que en el promedio, y aunque no lo
reconozcas, seguramente representan de forma clara (y visto desde la distancia),
una tendencia incremental, donde la pendiente tendrá relación con la capacidad
de superación multitárea de las metas.
Pudiste
ser desde pequeño inquieto o tranquilo, callado o extrovertido, realista o
imaginario, y hasta sentirte hoy fuerte o débil siendo gerente o asistente;
pero nadie te prohíbe actuar y empezar si lo deseas, a tomar decisiones ya, a
partir de los mejores argumentos que encuentres en tu vida.
Solemos
compenetramos en y con nuestros propios relatos, sin abrirlos más allá.
No
hay edad para el cambio porque todo cambia.
Las
cosas que te sucedieron no son buenas o malas en sí, sólo son y hay que seguir
adelante.
Si
eres de los que les gusta tener ideas y hacer que sucedan, sigue avanzando.
Mantenemos
una dirección mientras se modifica en paralelo nuestra forma de ser, creer,
pensar, sentir.
Cambia
nuestro cuerpo, nuestras habilidades y nuestras posesiones.
Porque
lo único que permanece en el tiempo es el CAMBIO.
Sabiendo
esto desde la aceptación, debes contemplar que aún en casos de extrema
incertidumbre y donde te apremie el escepticismo y las amenazas, “eso que te sucede también pasará”. Recuérdalo.
Nunca
dejes de decidir con la autoridad que te mantiene vivo. Elige el momento y no
te arrepentirás si lo percibes así.
En
muchas oportunidades no obtener lo que deseas es, sin duda, el mejor negocio que
pudiste hacer en ese momento para poder ingresar con tu pie derecho a derechos
que te estaban esperando.
Otras
generaciones tenían una expectativa de vida muy limitada sin carreteras, luz,
conocimientos, medios de comunicación ni alternativas de consumo.
Hoy, tu evolución está atada a una multiplicidad de
opciones donde decides qué y por qué
materializar lo que buscas.
La
apertura de conciencia nos hace más libres y responsables para minimizar la
brecha entre lo que necesito, busco y puedo lograr.
Nuestro
alcance abarca desde productos y servicios hasta enfermedades y administración
de energías propias y de terceros, siendo todo esto responsabilidad del actor
que instrumenta su propio futuro.
En definitiva, tu tendencia vital es la que te da origen dentro de un eje de tiempos y es la esencia misma, para
que sigas creciendo hasta límites que ni tú mismo conoces.
De forma significativa tu proyección te provee identidad y viceversa.
En tu vida debes saber bailar, acompasándose en ritmo y
cadencia para interpretar la secuencia de tus pasos.
Cultiva tu comportamiento
emocional y déjate fluir
con recursos y argumentos bien fundados gracias a un trabajo introspectivo y de superación, que harán que no
decaigas.
Sin darte cuenta, escribes tu filosofía de vida con mayor
calma porque residen en tí menos cuestionamientos e ínfimos ruidos mentales.
No necesitas seguidores. Sí, creer en tí mismo. Percibir que saldrás a buscar las oportunidades que te
depara el destino, es saber que ellas no irán en tu búsqueda golpeándote la
puerta.
Como buen buscador, no te sientas perdedor. Todo es
relativo y nada es absoluto.
Cuando creas estar perdiendo, aunque no lo sientas en el
momento, acepta que es lo que debía suceder y acepta que en parte, sin saberlo,
estás ganando.
La distancia respecto del suceso te dará la lucidez
necesaria para interpretarlo de ese modo y hasta descubrir cosas realmente
sorprendentes de tí y el suceso.
Para ser eficiente en tu trayecto anda ligero de equipaje
por la vida y siempre en positivo, con pocas ataduras físicas y emocionales,
para poder focalizar abiertamente en cada instante, lo importante por sobre lo
superficial, lo urgente de lo intrascendente y lo vital de lo efímero.
Para
salir de tu estancamiento, debes saber de qué forma y cuándo estás a un click
del cambio.
Ese
cambio es todo un proceso que te indica, por introspección, los bloqueos que
por miedo obstruyen tu libre accionar.
El
pasado por medio de la memoria y los sentimientos suelen anclarnos más frente al
desafío que se avecina.
Hábitos
indebidos y viejas creencias deben ir desapareciendo.
Para
algunos apegados a lo que ya fué, el desaprendizaje
es un motivo y razón suficiente para justificar el seguir estancado.
El potencial fracaso hacia lo
nuevo nos paraliza, y si nos liberamos de los fantasmas, no tendremos
argumentos para seguir instalados en el
mismo sitio.
¿Qué valores destacables hacen a tu identidad?
¿Cuáles deberías mejorar para concretar la mejor versión de ti mismo?
¿Cuáles deberías mejorar para concretar la mejor versión de ti mismo?
“Si crees que lo puedes hacer o
crees que no, estás en lo cierto” Henry Ford