Creando tu marca personal


Somos animales de sangre caliente que nos expresamos a partir de nuestra formación, emociones y contexto; y esto hace a nuestro temperamento, caracter y personalidad.
Así quedas marcado por prueba y error con tus experiencias, pudiendo crear tu futuro si es que te lo propones. Eso es lo que intentas definir: tu propósito.
El pulso motor que te proyecta a ejercer tus logros personales y laborales, surge del combustible del ser ordinario –conocimiento-.
El ser superior que tienes y eres con sabiduría, te permite actuar en tiempo y forma con un espectro de 360 grados.
Y si sientes que no tienes ese alcance, quizás lo que siga despierte tus sentidos más profundos para divisar el árbol y el bosque.
El enriquecimiento de nuestro mundo, depende de nuestras creencias, la visión y el desarrollo de identidades valiosas para la generación de talento.


El Tao es una filosofía de vida basada en preceptos orientales.
“Tao” significa camino y puede marcar tu tendencia vital.
La búsqueda en equilibrio es la forma y así comenzaremos a recorrerlo para que diseñes tu propia senda.

Conocimiento y sabiduría no es lo mismo.
Con el primero, nos ganamos la vida si lo tenemos y aplicamos a diario.
Con la segunda, tenemos un referente para saber vivir, adaptándonos a desafíos y conflictos, que bien administrada no requiere de mayor atención ni energía adicional. La experiencia es lo que decanta nuestra visión y espíritu para la acción justa.
La palabra “inteligencia” significa, por su etimología,  saber escoger.

Existen distintos tipos de inteligencias al respecto.
Lo antedicho sólo pretende desterrar aquella imagen aferrada de niños, y donde el único alumno muy inteligente de la clase era el que manejaba fluidamente matemáticas.

Hay inteligencia lógico matemática, verbal, pero
también visual espacial, musical, interpersonal, intrapersonal, naturalista y corporal cinestésica, que amplían el abanico de habilidades individuales deductivo emocionales, y que sin dudas posees.
La formación académica es importante pero no excluyente para el éxito y formación de tu identidad.

La inteligencia, el liderazgo y la creatividad pueden ser partes innatas de uno, o pueden ser desarrolladas con la práctica.
La clave reside entorno de tu capacidad de observación, intervención y aprendizaje terrenal.
Entusiasmo, creatividad, compromiso en tí y principios flexibles para el logro de objetivos con iniciativa, son los condimentos que hacen tu comportamiento competente porque sabes utilizar las herramientas correctas. Serán el vehículo para que transites tu camino con  proyectos concretos y  resolución precisa.
Te permitirá crecer en función de tus posibilidades, a escala real y sin desánimo porque sabes reconocer el valor adquirido mediante tus obras. Creer es crear. Crear es creer.

Y ese “saber hacer” te califica para emprender con liderazgo la vida que deseas y además facilitarles el camino a otros.
Si no asumes con responsabilidad la autoridad que tienes como líder de tu propio proyecto de vida, siempre te cruzarás con otros efímeros personajes que directa, o indirectamente, harán de tus ilusiones lo que ellos quieran.
Y arribar a cualquier destino que alguien haya digitado previamente por tí, no será un sitio de acogida cómodo en el que te sientas felíz y seguro.
Desembarcar en ese caso a un destino lejano por ignorancia, no asegura que puedas volver sin costo a tu propio punto de partida. Tu propia plataforma de despegue.

Una idea, te generará opiniones que te invitarán a modelar tu estilo y posición frente a los hechos con personalidad.
En el marco de tus creencias, las opiniones serán el basamento de tus acciones que se traducirán en un hábito que te distinguirá del resto.
Y es ese hábito, justamente, el que te dará un carácter o tendencia vital que marcará mediante el cambio, tu destino.
En síntesis, tu identidad será en esencia la resultante de estos factores.
Si representáramos con una línea el desempeño de tu ciclo de vida según logros alcanzados en el tiempo, nunca sería una línea recta creciente, más bien sería una sumatoria de etapas con altibajos, que en el promedio, y aunque no lo reconozcas, seguramente representan de forma clara (y visto desde la distancia), una tendencia incremental, donde la pendiente tendrá relación con la capacidad de superación multitárea de las metas.

Pudiste ser desde pequeño inquieto o tranquilo, callado o extrovertido, realista o imaginario, y hasta sentirte hoy fuerte o débil siendo gerente o asistente; pero nadie te prohíbe actuar y empezar si lo deseas, a tomar decisiones ya, a partir de los mejores argumentos que encuentres en tu vida.
Solemos compenetramos en y con nuestros propios relatos, sin abrirlos más allá.
No hay edad para el cambio porque todo cambia.
Las cosas que te sucedieron no son buenas o malas en sí, sólo son y hay que seguir adelante.
Si eres de los que les gusta tener ideas y hacer que sucedan, sigue avanzando.
Mantenemos una dirección mientras se modifica en paralelo nuestra forma de ser, creer, pensar, sentir.
Cambia nuestro cuerpo, nuestras habilidades y nuestras posesiones.
Porque lo único que permanece en el tiempo es el CAMBIO.

Sabiendo esto desde la aceptación, debes contemplar que aún en casos de extrema incertidumbre y donde te apremie el escepticismo y las amenazas, “eso que te sucede también pasará”. Recuérdalo.
Nunca dejes de decidir con la autoridad que te mantiene vivo. Elige el momento y no te arrepentirás si lo percibes así. 
En muchas oportunidades no obtener lo que deseas es, sin duda, el mejor negocio que pudiste hacer en ese momento para poder ingresar con tu pie derecho a derechos que te estaban esperando.
Otras generaciones tenían una expectativa de vida muy limitada sin carreteras, luz, conocimientos, medios de comunicación ni alternativas de consumo. 
Hoy,  tu evolución está atada a una multiplicidad de opciones donde decides  qué y por qué materializar lo que buscas.

La apertura de conciencia nos hace más libres y responsables para minimizar la brecha entre lo que necesito, busco y puedo lograr. 
Nuestro alcance abarca desde productos y servicios hasta enfermedades y administración de energías propias y de terceros, siendo todo esto responsabilidad del actor que instrumenta su propio futuro.
En definitiva, tu tendencia vital es la que te da origen dentro de un eje de tiempos y es la esencia misma, para que sigas creciendo hasta límites que ni tú mismo conoces.
De forma significativa tu proyección te provee identidad y viceversa.
En tu vida debes saber bailar, acompasándose en ritmo y cadencia para interpretar la secuencia de tus pasos.

Cultiva tu comportamiento emocional y déjate fluir con recursos y argumentos bien fundados gracias a un trabajo introspectivo y de superación, que harán que no decaigas.
Sin darte cuenta, escribes tu filosofía de vida con mayor calma porque residen en tí menos cuestionamientos e ínfimos ruidos mentales.
No necesitas seguidores. Sí, creer en tí mismo. Percibir que saldrás a buscar las oportunidades que te depara el destino, es saber que ellas no irán en tu búsqueda golpeándote la puerta.

Como buen buscador, no te sientas perdedor. Todo es relativo y nada es absoluto.
Cuando creas estar perdiendo, aunque no lo sientas en el momento, acepta que es lo que debía suceder y acepta que en parte, sin saberlo, estás ganando.
La distancia respecto del suceso te dará la lucidez necesaria para interpretarlo de ese modo y hasta descubrir cosas realmente sorprendentes de tí y el suceso.
Para ser eficiente en tu trayecto anda ligero de equipaje por la vida y siempre en positivo, con pocas ataduras físicas y emocionales, para poder focalizar abiertamente en cada instante, lo importante por sobre lo superficial, lo urgente de lo intrascendente y lo vital de lo efímero.

Para salir de tu estancamiento, debes saber de qué forma y cuándo estás a un click del cambio.
Ese cambio es todo un proceso que te indica, por introspección, los bloqueos que por miedo obstruyen tu libre accionar.
El pasado por medio de la memoria y los sentimientos suelen anclarnos más frente al desafío que se avecina.
Hábitos indebidos y viejas creencias deben ir desapareciendo.
Para algunos apegados a lo que ya fué, el desaprendizaje es un motivo y razón suficiente para justificar el seguir estancado.
El potencial fracaso hacia lo nuevo nos paraliza, y si nos liberamos de los fantasmas, no tendremos argumentos para seguir instalados  en el mismo sitio.


¿Qué valores destacables hacen a tu identidad?

¿Cuáles deberías mejorar para concretar la mejor versión de ti mismo?


“Si crees que lo puedes hacer o crees que no, estás en lo cierto” Henry Ford